¿Por qué en el mundo de los negocios unas personas fracasan mientras
otras obtienen éxito? Está claro que algo hicieron mal. Por ello sería interesante tener en cuenta algunas pautas a seguir:
El emprendedor debe estar continuamente informado de lo que ocurre en
su entorno, así obtendrá cierta ventaja sobre los demás al conocer las
novedades y posibles oportunidades que aparezcan.
Por otro lado el continuo aprendizaje es clave para estar al tanto de
nuevos avances tecnológicos y conocer nuevas técnicas de dirección y manejo de
finanzas que le ayudarán a rentabilizar sus inversiones.
Otro factor fundamental es la capacidad para arriesgarse, de no tener
miedo a entrar en nuevos mercados o incorporar nuevos productos. Además tiene que
compaginar una dificil dualidad: mantenerse centrado en el trabajo y no olvidarse
de hacer ejercicio ya que con éste último conseguirá disminuir su estrés y le
permitirá pensar con claridad, de paso que evitará la aparición de algunas
enfermedades.
También es importante la actitud que adopte al enfrentarse a los
problemas, ya que estar motivado le aportará energía vital para salvar las
dificultades. Por último le resultará muy enriquecedor no perder de vista sus
origenes, ser capaz de mantener el contacto y estar en condiciones de
explicarle a cualquiera la forma en la que se consiguió llegar al éxito,
compartiendo con los demás su trayectoria.
Aunque nos parezca mentira la increíble historia del fundador de IKEA
corrobora todo lo dicho anteriormente, ya que Ingvar Kamprad, con su nulo afán
de protagonismo, pese a ser una de las fortunas más grandes del mundo, mantiene
un estilo de vida sencillo y austero, sin lujos.
Con 17 años creó la cadena
IKEA, basándose en las iniciales de su nombre y apellido y en las de la granja
del pueblo donde nació. Era una idea que le rondaba en la cabeza desde los 7 años,
cuando se dió cuenta de que podía comprar objetos al por mayor más baratos y
más tarde venderlos por un precio mayor aunque económico. De esta forma con 22
años comenzó a vender muebles y editó su primer catálogo cuando tenía 25 años.
Poco a poco se fué expandiendo por Europa y llegó a Estados Unidos.
Es un claro ejemplo de cómo la
fé en uno mismo, el trabajo diario y la perseverancia pueden hacernos llegar
tan lejos como nos propongamos. Con ejemplos como éste ¿Que necesitas más para empezar?. Si crees en tu proyecto, indaga sobre su viabilidad y lánzate en su
búsqueda, seguro que lo consigues.